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Fernando Torres: “Lo más apasionante es lograr esa conexión entre el espectador y lo que sucede en escena”

  • contegrand90
  • 31 oct 2024
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 11 nov 2024

El iluminador y sonidista Fernando Abel Torres contó su trayectoria, su paso

por el Centro Cultural Conte Grand y sus proyectos pendientes. Fernando es de esas personas que nunca aparecen en público, pero que siempre están detrás del escenario y cuyo rol es central, casi equiparable al del actor principal o el director de una obra.



Muchos no saben su nombre y la mejor forma de presentarlo es la del hombre

que da vida a los escenarios detrás de las luces. Ese es Fernando Abel Torres,

un técnico con casi diez años de trayectoria en San Juan que cumple la difícil y

apasionante labor de recrear escenas, transmitir sensaciones y componer

paisajes arriba de las tablas a través de las luces y sonidos.


Fernando es un referente dentro del Centro Cultural Conte Grand, donde

además brinda talleres en los que comparte sus conocimientos en las técnicas

de iluminación y sonido. “Aunque no nos vean, nosotros tenemos una tarea

fundamental en cada espectáculo. En ese todo, nuestra función es diseñar y

atrapar la atención del espectador mediante el arte de lo visual y lo auditivo,

creando una atmósfera en la que el público se involucra, siente y es parte de la

experiencia artística”, expresa.


¿Cómo te interesaste en el diseño de iluminación?

Todo comenzó cuando estudiaba teatro. Mi maestra de ese momento, Rosita

Yúnes, me aconsejó incursionar en la iluminación y el sonido. Empecé

haciendo sonido para obras de teatro, tomando conocimientos de colegas y

maestros, entre ellos Emi Boiro, Rubén González.


¿Podrías comentar cómo fue tu formación en esta área?

F. T: La formación permanente es primordial. El primer acercamiento al mundo

de la iluminación fue en 2015, cuando era alumno de la carrera de Teatro de la

Universidad Nacional de Mendoza. Posteriormente tuve la oportunidad de

tomar un curso de un año en la Universidad Nacional de Buenos Aires, ahí

obtuve conocimientos en iluminación, sonido y video. En el transcurso de esa

experiencia visité el Teatro Nacional de La Plata, que es el teatro más grande

de Argentina. Posteriormente realicé diplomaturas en escenotécnia y espacios

expositivos. Además, participé de diversos programas de formación dictados

por la Universidad de San Juan. En nuestra provincia no hay una carrera

específica que aúne todas las áreas.


Nunca falta un problema con el sonido, la rotura de un equipo o una lámpara

que se quema en una puesta en escena. “Hay que tener la capacidad de

reaccionar rápido y resolver problemas en tiempo real, lo puede marcar la

diferencia entre el éxito y el fracaso en una presentación”, comenta.


A sus cuarenta años, habla como un veterano conocedor de su arte. Fernando

Torres explica que, la confianza en lo que se ve y en la propia intuición, es

clave para no temer al proceso de aprender y ser lo más profesional posible.

Sin embargo, dice que es necesario estar preparado para solucionar imprevistos en medio del espectáculo y salir del paso.


¿Cuáles fueron tus primeras experiencias laborales?

Comencé en un taller de teatro de la Universidad Nacional de San Juan.

Después de esto formé parte del staff técnico en el Cine Teatro Municipal,

donde trabajé hasta el año 2022. En 2023 realicé labores en el Museo de la

Historia Urbana. Este 2024 me dediqué a dictar talleres y diseñar puestas en

escena en el Chalet Cantoni y en el Centro Cultural Conte Grand.


¿Cuál es el mayor desafío que enfrentaste en tu trayectoria?

El mayor desafío es continuar adaptándome y mantenerse vigente, es buscar la

armonía de todas las condiciones que me rodean, económica, familiar, y de los

inicios de mi formación hasta mi actual desempeño profesional. Todo tiene que

confluir, para sobrevivir y mantenerse dentro de tu ámbito laboral, generando

conocimientos de manera constante. En mi profesión hay una competencia

voraz, pero también depende de tu suerte.


¿Podrías nombrar algún proyecto del cuál estés especialmente

orgulloso?

F.T: Son varios y sus concepciones son las que me llevan a elegirlas. La obra

de teatro “¿Qué Sabe el Pueblo”, de la agrupación Agitando el Nido. Esta

puesta en escena mezcla folclore con danza contemporánea y drama. Por otro

lado, la obra “Desbocados”, que fue una propuesta muy interesante. También

“La Parte Sumergida”, que es una obra de teatro muy diversa en cuanto a su

contenido.


Fernando tiene esa impronta que lo convierte en un profesional versátil, ya que

apuesta a nuevos proyectos. Entre sus futuros emprendimientos está el de

crear su propia marca llamada “Puras Luces”, que es un verdadero desafío

creativo y para el cual adquirió aparatos lumínicos de última generación.


¿Actualmente continúas formándote?

Mi formación es permanente, tanto en el área técnica, como en artes visuales,

teatro y danza. Busco innovar y reflexionar acerca de la tecnología. Apuesto a

la parte académica, tal es así que el semestre pasado culminé una diplomatura

en espacios expositivos. Además, tomé un curso de análisis visual.

Actualmente continúo estudiando en el Instituto Nacional del Teatro. Por otro

lado, fui seleccionado para cursar un taller de diálogos tecno estéticos, que

trata de arte y tecnología.


¿Qué es lo más apasionante de tu profesión?

Lo más apasionante de mi profesión es la comunicación, el encontrar medios

para compartir lo que estoy haciendo y lograr una conexión entre el espectador

y lo que sucede escénicamente. Como educador, lo más apasionante es jugar

con la creatividad y ser bastante dúctil para satisfacer esa necesidad de

aprender que tiene el otro.


¿Cómo comenzaste a dictar talleres en el Centro Cultural Conte Grand?

Llegué por medio de una convocatoria para dictar talleres. Me inscribí porque

es algo que me apasiona. Yo tenía visualizado el proyecto de dar clases

porque, algo que me llama mucho la atención, es que dentro de este ámbito no

solo puedo enseñar. También aprendo mucho, refresco conocimientos previos,

los veo desde otra perspectiva y los actualizo a través de la enseñanza a otros.


¿De qué se trata el último taller “La Sombra Presente”? El taller que tuvo

lugar en el Centro Cultural a fines de agosto y que continúa en

septiembre.

Este taller tiene una duración de 4 clases, donde aplicamos teoría y práctica,

además cuenta con certificación. En primer lugar, enseño estructuras físicas y

la luz como medio para transmitir emociones y sensaciones. Además, explico

cómo incorporar el lenguaje técnico para desenvolverse profesionalmente y

busco fomentar la creatividad y la curiosidad de los alumnos. Uno de los

objetivos clave es que los estudiantes aprendan a utilizar sus ojos como una

herramienta que le permita descubrir nuevas perspectivas.


¿Qué buscas generar tanto en tus alumnos como en el público que

presencia una obra teatral con iluminación y sonido de tu autoría?

F.T: Busco generar un público más criterioso, que sepa qué viene a ver y que

además tenga consciencia que puede aportar sus ideas y creatividad. Es

fundamental que exista una comunicación fluida con el público, esto se traduce

en una experiencia más enriquecedora. El Centro Cultural Conte Grand con su amplia agenda brinda un espacio de aprendizaje, pero también les permite a sus públicos asumir determinada posición frente a lo que ve. El diseño de iluminación y sonido es una apuesta apasionante, pero también llena de retos, comenta Fernando e insiste en que cada proyecto ofrece un nuevo desafío y, aunque el trabajo del iluminador está detrás de bambalinas,

su rol es esencial para montar escenas, transmitir emociones y sumergir a los espectadores en experiencias memorables.




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