Aníbal Peña: “Queremos que la gente disfrute vivir en el lugar que le tocó”

El Centro Cultural Conte Grand promueve la cultura urbana emergente. Su director expresó en esta entrevista que busca seguir brindando oportunidades a los jóvenes adolescentes. La institución lleva 15 años trabajando por y para la comunidad sanjuanina. 

El Centro Cultural pasó de ser un salón multiuso a tener una dinámica de trabajo. En una primera etapa, la institución tenía toda una mirada sobre las artes visuales, porque funcionaba como un anexo del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson. Luego, el foco se puso en la danza tradicional, tango y folklore. No había contenido desarrollado por el Conte, sino que se prestaba el espacio para ciertos eventos. 

Con la llegada de Aníbal Peña a la dirección en 2019, se comenzó a trabajar el concepto de industrias culturales creativas para que el espacio funcione como un búnker para actividades destinadas a la comunidad. El director del Centro ingresó durante la gestión de Sergio Uñac y, a pesar del cambio de gobierno, la institución cultural sigue siendo considerada como relevante en el ámbito popular. El objetivo es ofrecer un lugar abierto que comprenda los diálogos del emergente cultural, entendiendo que nadie se autodenomina emergente, sino que surge de una búsqueda de identidad.

¿Cómo llegamos a esta versión del Centro Cultural?

Cuando entro yo en la dirección empiezo a mudar todo esto que venía sucediendo en el espacio hacia un perfil que sea trabajar la cultura urbana, que era un sector que nadie estaba trabajando y en una franja etaria que nadie estaba abordando, los jóvenes y adolescentes.

¿Por qué decidiste darle a la institución esta mirada?

Porque institucionalmente todos los otros espacios y edificios públicos de la provincia tienen una designación muy específica y esto venía a ser algo que no tenía una definición. Entonces, empezar a mudar lo que son los lenguajes de la cultura urbana, cómo implementarlos y cómo trabajar con ese sector era totalmente necesario para que hoy tengamos esta identidad. Nosotros trabajamos impulsando nuevas generaciones, que antes no sucedía. Empezamos a ver que todo lo que no está abarcado en lo académico no es que no suceda, sino que sucede de otras maneras. Es darle el espacio a esa gente que contribuye al crecimiento de nuestra identidad cultural, nada más que de una forma más particular, diría yo, porque son los que proponen actualizaciones, prueba y error, el tema de probar cosas nuevas, de lo emergente.

¿Qué se tiene en cuenta a la hora de plantear los contenidos?

El contenido tiene mucho que ver con el espacio físico en el que está inmersa la organización. ¿Por qué? Porque es importante determinar si la institución está en la ciudad o no, si tiene tales o cuales servicios, si tiene una estructura que acompañe esas disciplinas o no. Yo siempre pongo el ejemplo, a mí me encantan los “skaters”, pero poner rampas para skaters o ese tipo de cosas en esta zona requiere una inversión muy grande, que a futuro quizás se puede realizar, pero hoy en día la estructura el barrio cultural no lo está pudiendo abarcar. Hay otros espacios designados para eso y nosotros tenemos relación con esas grupalidades, pero no están directamente relacionadas con el espacio, por lo tanto, es difícil realizar contenidos de esa índole para ellos. El lugar está estrechamente vinculado con las actividades que se realizan en él.

¿Qué tipo de eventos y actividades realizan en el Conte?

De todo tipo y de toda clase. Honestamente, no tenemos marcada una línea específica de “esto sí, esto no”. Se tiene en cuenta que el contenido sea representativo y atractivo para el sector específico. La programación dentro del espacio incide de un montón de maneras. Por un lado, recibimos proyectos de gente o grupalidades que quieren ocupar el espacio y nosotros co-producimos. También creamos nuestros propios proyectos de acuerdo a los programas que generamos, por ejemplo, en fechas esenciales en las que nos interesa tener presencia, como el 8m, la semana de la diversidad, la expo anime, etc. Por otro lado, hay una alta demanda del espacio porque pertenecemos al Estado, entonces debemos articular con desarrollo humano, con salud, con educación y con los demás ministerios para establecer líneas de conexión.

¿La selección de proyectos se realiza a través de convocatorias?

Nosotros no hacemos convocatorias porque la demanda del espacio está súper saturada. Cada vez que largamos un aviso tenemos una innumerable cantidad de proyectos propuestos, algunos cercanos de gente que ya nos consume y otras veces de alguien que no tiene idea y que quiere usar el espacio porque le gustó, cosa que también es válida. Siempre aplicamos un filtro, buscamos que el evento, sea propio o ajeno, tenga esta mirada sobre la cultura urbana. Lo que vamos viendo es que se mantenga un mismo lenguaje, que todo esté encausado. Los artistas y las propuestas que hacemos van de acuerdo a los fenómenos que están impactando en ese momento, porque no hay que perder de vista que nosotros trabajamos con lo emergente, con lo que está pasando hoy.

¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta el Centro actualmente?

Desafíos económicos y profesionales del sector, diría yo, son dos cosas que van muy de la mano. Para conseguir plata, tenés que tener gente que sepa buscar y encontrar el dinero. El dinero siempre está porque la gente busca consumir nuevas experiencias todo el tiempo. Nosotros entendemos que generar un producto o servicio cultural hace que la gente invierta en su goce y disfrute, porque es lo que te hace sentir bien. Ir a un evento produce esa necesidad de cortar con la rutina y conectar con otras cosas y esa búsqueda se da en comunidades. La cultura urbana nunca ha tenido un desarrollo tan fuerte como producto cultural y nosotros queremos que se establezcan esos lenguajes, porque son núcleos laborales para muchas personas. Somos una institución estatal y no siempre contamos con mucho presupuesto para los eventos y proyectos que queremos gestionar, pero siempre encontramos la forma.

¿Cuáles son los planes a futuro?

El desarrollo más tangible que tenemos es que estas grupalidades, lejos de ser efímeras, van creciendo y se van solidificando. Esto va tomando un peso y una dimensión que el día de mañana va a necesitar una estructura más grande. La cultura urbana, en las estadísticas mundiales, está teniendo una incidencia súper grande frente a todo lo tradicional. Las nuevas generaciones están mirando a estas nuevas disciplinas muy seductoramente, para participar, para estar activo, porque proponen estas ideologías. Para mí, a futuro me encantaría que esto cambie, que se busque esa inversión necesaria y que este espacio se dimensione de manera que pueda abarcar de mejor manera y con mejor calidad las propuestas que uno genera. 

¿Cuál es el mensaje que quieren dar?

Que todo es posible. Yo realmente creo que está bien ser quien uno es, poder demostrarlo sin tener tantos filtros, porque al fin y al cabo ese camino no resulta. Cuando uno en su identidad se quiere, se entiende y se abraza, vas a conseguir eso que querés porque hay oportunidades. Queremos que la gente disfrute vivir en el lugar que le tocó. El que tiene la posibilidad se va y está bien, es válido, no lo critico. Hay gente que quiere expandirse, tener otras experiencias y está buenísimo. Pero aquella persona que está acá y que por ciertas cuestiones no puede salir de acá, que no la pase mal por tener que quedarse. Que la misma provincia, el Estado, esté presente en acompañar esas formas. No olvidemos que los pibes vienen con un montón de información y saben muy bien cuál es la diferencia de vivir en San Juan a vivir en Nueva York. Siempre van a tener esa mirada porque uno siempre va a querer progresar. Queremos que esto suceda en la provincia.